España registró en el periodo 2023-2024 una tasa de accidentes mortales de 1,8. Más de 1.500 personas trabajadoras murieron en el trabajo
La siniestralidad laboral y los accidentes mortales constituyen una de las principales preocupaciones en cuanto a prevención de riesgos laborales. En el periodo 2023-2024, España registró una tasa de accidentes mortales de 1,8 por 100.000 trabajadores, ligeramente por encima de la media de la UE (1,7) y de países como Francia (1,5) o Países Bajos (1,6). La construcción concentró el 31 % de los fallecimientos en obra, frente al porcentaje europeo del 24 %.
Estos datos se desprenden de la actualización del Barómetro OSH de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA), una plataforma interactiva de datos que permite explorar exhaustivamente indicadores de siniestralidad y de condiciones laborales en los 27 Estados miembros. España, con más de 20 millones de ocupados, aporta un volumen de registros que revela logros y desafíos en la prevención de riesgos laborales.
Por debajo en siniestralidad, pero con elevados niveles de estrés
Otros datos de España en el Barómetro OSG de 2023 y 2024, referidos a seguridad y salud en el trabajo, indican que la tasa de accidentes de trabajo con baja (2.650 por 100.000 trabajadores) es menor que la media europea (2.900), gracias a reducciones en industria (–15 % desde 2015), pero está estancada en servicios y comercio. Entre las causas más frecuentes de estos accidentes, encontramos caídas a distinto nivel (27 %), atrapamientos por maquinaria (18 %) y sobreesfuerzos musculares (12 %).
Por otro lado, el 6,7 % de los trabajadores acreditó algún diagnóstico de enfermedad profesional en España (UE: 5,8 %), con predominio de los trastornos musculoesqueléticos (4,2 %). También se registraron cerca de 120 nuevos casos de cáncer profesional vinculados a amianto y sílice.
En cuanto a la exposición a riesgos psicosociales, el 28 % de los empleados españoles informó de niveles altos de estrés laboral, frente al 22% de la media UE, y la cuarta parte declara insuficiente formación para afrontar cargas mentales y emocionales.
Leve bajada de accidentes mortales
Según los datos del Barómetro OSH, desde 2010 se aprecia una reducción acumulada del 16 % en accidentes mortales en España. Sin embargo, cualquier cifra que indique la pérdida de vida de una persona a causa del trabajo es inasumible. En cuanto a los accidentes con baja, se ha producido una caída constante hasta 2019 (–20 %). Hubo un leve repunte en pandemia. En 2023, se volvió al estancamiento. En el ámbito de las enfermedades profesionales, se destaca un leve incremento. Esto se debe a una mejor detección administrativa.
Podemos hablar de algunos avances:
- Se han consolidado registros nacionales y hay transparencia de datos casi en tiempo real, gracias al INSST y al Instituto de Estadística del Ministerio de Trabajo.
- Se ha incorporado la dimensión psicosocial en herramientas como ESENER.
- La Estrategia Nacional de Prevención de Riesgos Laborales afronta riesgos invisibles.
- Y también se fomentan buenas prácticas en sectores de alto riesgo (químico, petroquímico, logístico) a través de pactos sectoriales de prevención.
Carencias estructurales que persisten
No obstante, desde USO no podemos dejar de resaltar las carencias estructurales que se derivan de estos datos. Primero, existe una desigual implantación de recursos de prevención. Hay comunidades autónomas con plantillas insuficientes de técnicos de prevención e inspectores de trabajo. Se realizan pocas inspecciones en pymes y subcontratas. Y es en estos lugares donde se concentra el 65 % de los accidentes mortales de la construcción.
Segundo, la precariedad e infradeclaración. Los trabajadores temporales y falsos autónomos carecen de delegados de prevención que velen por su seguridad. El temor a sanciones económicas o al despido hace que muchos siniestros graves no se notifiquen. También se clasifican erróneamente como accidentes in itinere.
En tercer lugar, existe un enfoque reactivo y fragmentado. Se prioriza la sanción tras el accidente. No se apuesta por la inspección preventiva ni por la corresponsabilidad de empresas usuarias y subcontratas. Además, faltan incentivos reales para las empresas que invierten en cultura preventiva (formación permanente, ergonomía, pausas activas).
Por último, pero no menos importante, existe una brecha entre discurso y práctica en riesgos psicosociales. Pese al reconocimiento formal de factores como el acoso o la carga emocional, no existen protocolos claros y faltan procedimientos de investigación interna. Tampoco hay protocolos de rehabilitación del trabajador afectado.
Propuestas para mejorar la seguridad y salud laboral
Teniendo en cuenta los datos de siniestralidad que conocemos mensualmente, así como la existencia de accidentes mortales de trabajo, desde USO realizamos una serie de propuestas que creemos que pueden contribuir a mejorar la situación de la seguridad y la salud en España:
- Refuerzo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Proponemos elevar un 30 % las plantillas de inspectores especializados en SST y crear unidades móviles de evaluación en obra y en remoto.
- Obligatoriedad de comités mixtos de seguridad en empresas de más de 50 empleados y garantizar la constitución efectiva de comités tripartitos (empresa, trabajadores, prevención ajena), con poder de paralizar actividades de riesgo.
- Cobertura y formación para colectivos vulnerables. Es preciso desplegar programas formativos gratuitos en riesgos específicos (ergonomía, maquinaria, tensión psicológica) dirigidos a temporales, ETT e inmigrantes, y reconocer a los delegados de prevención intercentros.
- Incentivos económicos a la prevención: bonificaciones en cotizaciones a la Seguridad Social por reducción de tasas de accidentes y enfermedades profesionales; primas de seguro reducidas para pymes que acrediten acciones de mejora continua en SST.
- Protocolo de respuesta ante riesgos psicosociales: implantar auditorías externas obligatorias cada dos años, con transparencia de resultados y planes de acción vinculantes.
El Barómetro OSH confirma que España ha avanzado en la reducción de siniestros laborales y en la detección de enfermedades profesionales. Sin embargo, los datos revelan un estancamiento preocupante de España en accidentes mortales, repuntes tras la pandemia y una brecha de riesgos psicosociales por encima de la media europea.
Desde USO, celebramos la apertura de datos y la visibilización de indicadores, pero demandamos acciones urgentes: reforzar y modernizar la inspección, proteger a trabajadores precarios, plantear incentivos reales a la prevención y abordar de forma sistemática los riesgos mentales. Solo una política coordinada, con financiación adecuada y diálogo social efectivo, permitirá que España recorte de forma sostenida sus tasas de accidentes y construya un entorno de trabajo más seguro, saludable y equitativo.
























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